domingo, 12 de octubre de 2014

ARAL. EL MAR PERDIDO.

El mar Aral era el cuarto mayor lago del mundo hace 40 años, con más de 68.000 kilómetros cuadrados (como Toledo, Ciudad Real, Cuenca y Albacete juntas). Pero desde entonces empezó a encogerse poco a poco hasta que se quedó en casi en la mitad. La gente de los pueblos de la zona, que vivían de la pesca, fueron viendo cómo la costa retrocedía hasta desaparecer: en algunos puntos está ahora a 120 km de distancia. El lecho del lago se ha convertido en un desierto de polvo salado que, cuando hace viento, se levanta y cubre las viviendas. La salud de la población ha empeorado y hay escasez de alimentos y de agua potable. La causa de este desastre es que el agua de los ríos que llenaba el lago se ha dedicado a regar cultivos de algodón. Así, de los 56 kilómentros cúbicos que desaguaban allí anualmente, se pasó a sólo dos en los años ochenta.
El documental Aral. El mar perdido narra la trágica histórica de un desastre ecológico. 






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